La cirugía es una de mis pasiones, por ello, al volver de mis estancias decidí realizar un curso de posgrado centrado en cirugía de tejidos blandos y traumatología mientras compaginaba mi trabajo como veterinaria generalista en Sanitos Nassica (2017-2018), actualmente conocida como Kivet (red de clínicas veterinarias de Kiwoko) en la que pude tener contacto con el día a día de lo que es el trabajo veterinario, allí supe que era a lo que me quería dedica al 100% el resto de mi vida y adquirí mis conocimientos básicos para poder saltar a una clínica veterinaria más grande a finales del 2018, Clínica Veterinaria Hoyo de Manzanares en la que disponía de laboratorio propio y equipo de rayos X propio lo que me permitió fijar mis conocimientos en diagnóstico por la imagen a la vez que realizaba los cursos impartidos por la Universidad Autónoma de Barcelona de Diagnóstico por la Imagen y Medicina de animales exóticos.
Debido a mi ambición de tocar todas las ramas de la medicina de pequeños animales en 2019 comencé como veterinaria de Urgencias y Hospitalización de forma puntual en Clínica Veterinaria Surbatán en Madrid y después me uní al equipo de Hospital Veterinario Parla Sur. Ahí me di cuenta de que no siempre vas a tener una tasa de éxito del 100% pero que siempre hay que esforzarse y realizar todo lo que está en tu mano para salvarlos. Fue un trabajo muy autoexigente y apasionante que realmente despertó un amor por las urgencias, la hospitalización y los cuidados intensivos que no sabía que existía puesto que siempre me había centrado en la cirugía.
Durante 2020 y 2021 he continuado el camino de las urgencias y cuidados intensivos aunque un poco más cerca de mi familia, en Urgencias Veterinarias Las Rozas. Como no, también realicé el máster de cirugía básica de tejidos blandos impartido por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Además, durante este periodo he realizado colaboraciones recurrentes en la Clínica Veterinaria Parquegrande de Alcorcón.
En Urgencias Veterinarias Las Rozas, viví los meses más estresantes con el confinamiento, la disminución de servicios veterinarios durante la primera parte del mismo por lo que el volumen aumentó en el centro pero también debido al aumento de la preocupación de las personas por la salud de sus mascotas.
Me di cuenta durante ese periodo, que existe gran cantidad de gente que no tiene medios para desplazarse a las clínicas bien por falta de transporte, por motivos de salud o porque el animal siente tal nivel de estrés que es preferible no hacerlo, ahí surgió mi idea de comenzar este negocio y poder ofrecer un servicio personalizado, libre de estrés y más cómodo para las personas que lo necesiten tanto en Las Rozas como alrededores.